Ecos del Bosque Encantado

1200,00 €

La pintura "Ecos del Bosque Encantado" es una obra abstracta y etérea que nos sumerge en un paisaje onírico dominado por una paleta de azules profundos, turquesas vibrantes y toques de púrpura oscuro, todo ello iluminado por un halo central de luz etérea.

El centro de la composición irradia un resplandor luminoso, una especie de portal o abertura que parece emanar de las profundidades del "bosque". Este punto focal es una mezcla de blancos nacarados y celestes brillantes, creando una sensación de misterio y atracción, como si uno pudiera asomarse a otro reino.

Alrededor de esta luz central, se despliegan capas de azules acuosos y turquesas translúcidos, que sugieren niebla, agua o quizás una atmósfera densa y mágica. Los bordes de la pintura se oscurecen hacia tonos de azul más profundo y negro, especialmente en los lados izquierdo y derecho.

En el lado derecho, siluetas oscuras y alargadas emergen de la oscuridad, sugiriendo la presencia de árboles estilizados y casi fantasmales. Sus formas son orgánicas pero indefinidas, añadiendo una cualidad misteriosa y antigua al paisaje. En el lado izquierdo, unas finas líneas verticales, también oscuras, insinúan la presencia de otras estructuras arbóreas o quizás las ramas más delicadas de la vegetación que se eleva hacia la luz.

La textura de la pintura es suave y fluida, con transiciones de color que se mezclan sin problemas, reforzando la sensación de un velo o un eco suspendido en el tiempo. La obra evoca una atmósfera de calma y contemplación, pero también de intriga, como si los "ecos" de algo antiguo y mágico estuvieran presentes y resonando en el aire. Es una invitación a la imaginación, a perderse en la profundidad de un bosque místico donde la luz y la sombra danzan en una danza perpetua.

La pintura "Ecos del Bosque Encantado" es una obra abstracta y etérea que nos sumerge en un paisaje onírico dominado por una paleta de azules profundos, turquesas vibrantes y toques de púrpura oscuro, todo ello iluminado por un halo central de luz etérea.

El centro de la composición irradia un resplandor luminoso, una especie de portal o abertura que parece emanar de las profundidades del "bosque". Este punto focal es una mezcla de blancos nacarados y celestes brillantes, creando una sensación de misterio y atracción, como si uno pudiera asomarse a otro reino.

Alrededor de esta luz central, se despliegan capas de azules acuosos y turquesas translúcidos, que sugieren niebla, agua o quizás una atmósfera densa y mágica. Los bordes de la pintura se oscurecen hacia tonos de azul más profundo y negro, especialmente en los lados izquierdo y derecho.

En el lado derecho, siluetas oscuras y alargadas emergen de la oscuridad, sugiriendo la presencia de árboles estilizados y casi fantasmales. Sus formas son orgánicas pero indefinidas, añadiendo una cualidad misteriosa y antigua al paisaje. En el lado izquierdo, unas finas líneas verticales, también oscuras, insinúan la presencia de otras estructuras arbóreas o quizás las ramas más delicadas de la vegetación que se eleva hacia la luz.

La textura de la pintura es suave y fluida, con transiciones de color que se mezclan sin problemas, reforzando la sensación de un velo o un eco suspendido en el tiempo. La obra evoca una atmósfera de calma y contemplación, pero también de intriga, como si los "ecos" de algo antiguo y mágico estuvieran presentes y resonando en el aire. Es una invitación a la imaginación, a perderse en la profundidad de un bosque místico donde la luz y la sombra danzan en una danza perpetua.

Reproducción de la obra
desde 120,00 €
Tamaño:

Técnica mixta sobre tabla de madera

Medidas 50 x 60